María Pardo, Úrsula Escriche, Emma Talón y Rosa Rodríguez forman, junto a otros compañeros, el departamento de I+D+i en Bioinicia, empresa valenciana dedicada al desarrollo de proyectos de biotecnología.
En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, explican qué supone para ellas la investigación, cómo ven el papel de las mujeres en este ámbito y cuál es el futuro que espera a las jóvenes científicas en España.
“Siempre he sido una persona curiosa y con afán de superación, creo que estos dos rasgos son determinantes para adentrarse en una carrera científica por vocación: la curiosidad de descubrir el porqué de las cosas y la fuerza para superar los retos que aparecen durante la investigación”, afirma María Pardo, responsable de departamento de I+D+i en Bioinicia y especialista en biomateriales para aplicaciones farmacéuticas y biomédicas. Pero para que cada vez más niñas sientan esa vocación, “las instituciones deben darles la oportunidad de conocer, estudiar y desarrollar las carreras relacionadas con la Ciencia, mostrándoles las oportunidades de las futuras profesiones, resaltando el papel de la mujer y todo lo que se podría lograr con sus capacidades”, añade Rosa Rodríguez, técnico de laboratorio de I+D en el Departamento de I+D+i de Bioinicia y especialista en bioprocesos y farmacia.
Para estas profesionales, el efecto Matilda -los prejuicios a la hora de reconocer los logros de las mujeres científicas- “hizo que muchas mujeres no se vieran o plantearan seguir una carrera científica. Esto hace, en parte, que las niñas no tengan un rol o modelo con el que identificarse y al que quieran imitar. Por eso las instituciones tienen un papel fundamental, porque hacer políticas de género y educar en la igualdad de oportunidades son pilares fundamentales para paliar este problema”.
Al preguntarles si creen que las mujeres gozan de una representación suficiente en el ámbito de la investigación en España, María Pardo responde que “cada vez estamos más
cerca de la paridad, sobre todo en los primeros pasos de la carrera de investigación (doctorandos, primeros años postdoctorales o técnicos). De todos modos, aún nos queda camino por recorrer, ya que, cuando se alcanzan posiciones senior o de más responsabilidad en el área científica, la presencia de la mujer cae en picado. Por supuesto siempre hay excepciones, en nuestro departamento, sin ir más lejos, hay una paridad real y el departamento está encabezado por una mujer, por lo que siempre hay matices”.
En este punto incide Emma Talón, líder de proyectos de I+D en Bioinicia y especialista en la microencapsulación de bioactivos para la industria alimentaria y de complementos alimenticios, “la desigualdad de género en el mundo de la ciencia es todavía latente en nuestro país y así lo demuestran las cifras y los datos de diferentes estudios recientes, pero esto se hace todavía más notable cuando nos fijamos en los altos cargos investigadores. De hecho, puede llamar la atención que el número de alumnas en algunas carreras científicas es igual o superior al número de alumnos, pero conforme vamos escalando en los puestos, este porcentaje varía hasta llegar a casi un 70% de puestos ocupados por hombres catedráticos y altos cargos en empresas. Estas cifras quizás se correspondan en gran medida al reflejo de hace unas décadas, por las dificultades históricas, pero lo cierto es que todavía las mujeres se encuentran con trabas relacionadas con los estereotipos de género, la dedicación al cuidado de hijos y otros familiares que pueden frenar la carrera investigadora o, incluso, la falta de referentes femeninos en la ciencia de nuestro país. Personalmente, nunca me he sentido discriminada por ser mujer y tengo la suerte de pertenecer a una empresa como Bioinicia donde se apuesta por la paridad de manera real y el alto porcentaje de mujeres en todos los departamentos así lo demuestra”.
¿Y cuándo nos comparamos con otros países? ¿En qué posición queda España? Según Emma Talón, “en los países de nuestro entorno podemos encontrar realidades muy distintas respecto a la posición de la mujer en la ciencia. España no es de los países con una brecha de género mayor, pero sí que hay países europeos con mejores porcentajes de ocupación de altos cargos en la ciencia por mujeres y que cuentan con menos desigualdades salariales entre científicos y científicas. De hecho, según algunos de los datos más recientes, hay algunos países de nuestro entorno donde las mujeres científicas ya son más que sus homólogos masculinos. Un ejemplo claro es Finlandia, uno de los países líderes en temas de igualdad. El acceso de las niñas a las carreras científicas y el aumento de referentes femeninos en congresos, tribunales y puestos en la universidad facilita este cambio de tendencia, así como la apuesta de algunas empresas privadas punteras en investigación que apuestan por la paridad”.
A menudo se habla de la fuga de talento, de la exigua inversión en Ciencia y de las escasas oportunidades laborales existentes para los científicos españoles. “Este asunto tiene muchos matices, muchas excepciones. Si hablamos de investigación pura y dura es cierto que, por desgracia, en España convivimos con una situación de temporalidad e inestabilidad laboral para los futuros científicos”, explica Úrsula Escriche, técnico de laboratorio I+D+i en Bioinicia y especialista en formulación cosmética. “Que un investigador, tras un doctorado, formado y plenamente competente en su trabajo, tenga un contrato por obra y servicio durante muchos años sin ninguna estabilidad laboral a largo plazo, es hoy en día una realidad”. “No obstante”, añade “y un poco al margen de los datos y estadísticas que se puedan llegar a leer en muchos periódicos, creo que, gracias a los nuevos adelantos y tecnologías, cada vez son más las empresas que invierten y apuestan por la investigación y desarrollo dentro de su campo y sus competencias. No sólo con inversión en bienes materiales, como instrumentación analítica o infraestructuras que permitan desarrollar y crear modos de trabajos punteros con una tecnología innovadora. Sino a invertir en personal. Confiar en jóvenes científicos y científicas, con o sin experiencia, que puedan desarrollar su trayectoria profesional dentro del equipo que consolida la rama de I+D dentro de la empresa”.
Este conjunto de prácticas se traduce, según Úrsula Escriche, en una mayor competitividad en el mercado, lo que lleva a conseguir una buena financiación para continuar investigando y generando un trabajo eficiente y productivo. “Por todo ello, considero que el futuro de la investigación y desarrollo en España no se ve, ni llega. El futuro se construye, y creo que vamos o estamos en el buen camino”, concluye.
Valencia, una apuesta por la innovación y el desarrollo
Pese a las dificultades comentadas, a las futuras científicas que quieran empezar a formarse en alguna rama de ciencias (Química, Biología, Física, Farmacia, etc.), les esperan grandes retos y oportunidades laborales en áreas muy diferentes, lo que hace que el abanico profesional y las salidas laborales científicas sean muy versátiles y variadas.
“Trabajar en investigación dentro de las universidades mediante un doctorado o formándose como futuro docente, puede ser una opción tras terminar los estudios universitarios”, opina Úrsula Escriche. “Dentro de la investigación, también existe la posibilidad de trabajar en numerosos institutos tecnológicos o centros de investigación, donde las futuras científicas, puedan desarrollar sus conocimientos y especialidades adquiridos a lo largo de sus estudios y aplicarlos en muchos proyectos orientados a diferentes mercados y clientes”.
Formar parte de la empresa privada es otra muy buena opción, ya que, a través de prácticas universitarias o necesidades de mercado, existen una gran variedad de puestos en departamentos como I+D, Control de Calidad, Microbiología, o departamentos técnicos y de producción.
“Valencia es una ciudad que cuenta con numerosas instituciones tanto públicas como privadas para poder formarse y trabajar dentro del ámbito científico tanto a nivel académico, como centros tecnológicos, así como muchas empresas privadas sobre todo dentro del sector cosmético y alimentario. Del mismo modo, hay una gran inversión en proyectos de innovación y desarrollo por parte de la Generalitat, lo cual contribuye a la oferta de más puestos de I+D para nuevos licenciados y graduados”, asegura Úrsula Escriche.